La confianza y los detalles
El vuelco que Juan Mónaco comenzó a darle a su temporada en las últimas semanas tiene, como siempre, varias causas. La atención principal se la lleva su onda positiva en lo emocional, evidente, y cómo potenció su fuego interno luego de la no convocatoria a la Davis. A veces una situación no deseada es una motivación para renovar ganas y sostener el esfuerzo.
No obstante, destacamos también lo tenístico (al orden y el esfuerzo le sumó decisión y ofensiva) y traemos un detalle no conocido, de esos que hacen diferencia en cuanto al feeling que un jugador necesita para entrar a una cancha y sentir que puede poner la pelota donde quiera: desde el ATP500 de Río, el tandilense modificó el balance de sus raquetas y le agregó plomo de igual forma a cuando fue top ten en 2012.
Mónaco llegó a Río de Janeiro tras cuatro primeras rondas en Doha, Auckland, Australia y San Pablo. “No siento la pelota, estoy incómodo”, era su inquietud, puertas adentro y con la gente de su confianza. Necesitaba un cambio, probar alternativas. Tenía más por ganar que por perder.
¿Qué ocurrió allí? El encordador argentino Luis Pianelli, que estaba en la capital brasilera a cargo de la sala de encordados, se ocupó del asunto: le agregó plomo en la cabeza de sus Yonex VCore Si 98 (Pico había disminuido el peso para cuidar su muñeca) y el efecto fue instantáneo: la pelota empezó a “caminarle”, sus golpes lastimaban de otra forma, llegaban las buenas sensaciones y se hizo una bola de nieve (?).
El detalle de las Yonex personalizadas de Pico Mónaco. #ArgentinaOpen pic.twitter.com/RLtopVhXkU
— Marcos Zugasti (@marcos_z) February 28, 2015
Click derecho, agrandan la foto y podrán ver las “tiritas” de plomo
Desde ese momento hasta hoy, ganó 12 partidos y perdió apenas tres (contra Ferrer en Río -en tres sets-, la final de Buenos Aires ante Rafa y en Indian Wells ante Kokkinakis). Mónaco se animó a pegarle más fuerte a la pelota y a buscar los tiros con precisión, de esos que cuando nada sale uno prefiere evitar.
Como tenistas amateurs que podemos ser, lo normal es no estar al tanto del nuevo modelo de raqueta, la cuerda, la tensión… Probás una raqueta, te gusta y la usás.
Para los profesionales es todo lo contrario y Mónaco siempre ha sido un detallista (alguna vez le modificó el grip, probó distintos pesos y cuerdas, por ejemplo). Esta vez, la jugada le salió bien y encontró lo que venía buscando, que la raqueta incida en su juego.