Está terminando la primera edición de la Copa Topper, un challenger que ahora es novedad pero tiene asegurado el futuro por, al menos, tres años, y premios in crescendo (por ahora es de 75.000, subirá el año próximo).

El torneo estuvo bien armadito, resultó extraño tener una cancha nueva en el Buenos Aires Lawn Tennis (no se utilizó la central, sino que se armó una tubular para 1.700 personas al lado, donde antes estaba la pileta). Al estar armada frente a las vías, el tren a veces molestaba a los jugadores, y el árbitro tenía que esperar para cantar el marcador.
Las bajas de último momento (Gaudio, que se intuía, Mayer, Schwank, Machi González) le quitaron algo de brillo al challenger, que termina con el protagonismo de los especialistas en la materia. Entre ellos, los finalistas Diego Junqueira-Juan Pablo Brzezicki (mañana a las 17 por TyC Sports).
También Carlos Berlocq, uno de aquellos jugadores silenciosos, estilo Chela: buenos resultados, perfil bajo y poca prensa (incluyo a FueBuena, no es que sea el paladín de la justicia).

El jugador de Chascomús es padre de una niña de un año (Estefanía, en la foto), y en los últimos meses se las ingenió para cumplir esa tarea paterna y regresar en el ranking hasta ubicarse Nº 4 de la Argentina. En 2009 casi no compitió por una lesión de muñeca, en 2010 logró tres challengers, jugó dos finales y el lunes se ubicará en el puesto 66º, detrás de Mónaco (26º), Nalbandian (27º) y Chela (39º).
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