I’ll be back
Los problemas de cadera de Andy Murray se desataron en aquel partido exigente contra Stan Wawrinka en Roland Garros 2017: cinco sets y 4 horas y 34 minutos. En la final de Amberes, extensa para un partido a tres sets (2h30), se repitió el rival.
En aquel 2017, tanto Murray como Wawrinka finalizaron su temporada en Wimbledon y pasaron por el quirófano.
El no-retiro
En Australia, Andy nos hizo llorar a todos. El último fin de semana no lloramos pero sí nos alegramos bastante.
Hoy resulta muy curioso ver el «casi anuncio de retiro» del escocés y las dudas de si llegaría a colgar las zapatillas (?) en Wimbledon este año. El tributo que le hicieron sus colegas, en especial las palabras de Federer y Djokovic, parecen apurados.
Delpo, mientras, le pedía que lo reconsiderara.
Andy, just watched your conference. Please don’t stop trying. Keep fighting. I can imagine your pain and sadness. I hope you can overcome this. You deserve to retire on your own terms, whenever that happens. We love you @andy_murray and we want to see you happy and doing well. 🙏
— Juan M. del Potro (@delpotrojuan) January 11, 2019
Llegó el consejo de Bob Bryan y el intento de la cadera metálica. «Un implante de metal podría ser la salvación de la carrera de Murray», tituló The Guardian. Después de la operación y ante el regreso exitoso de Bob en dobles, Murray lo llamó «mi hermano biónico» en Instagram. Entre el fémur y la pelvis del escocées hay una pieza de metal.
El nivel de tenis
En los primeros momentos de la rehabilitación, contó Murray en Amberes, el ejercicio era sentarse e intentar llegar al piso.
Después de recuperarse, Murray regresó en dobles en Queen’s (con título) y en single en Cincinnati. Hace apenas dos meses, perdió con el italiano Matteo Viola (240°) en octavos del challenger jugado en la Nadal Academy y le dijo a su equipo que se sentía bastante lejos de su nivel. En la gira de Asia, logró su primer triunfo de calidad (Berrettini) y peleó ante Fognini y Thiem.
En el 250 de Amberes, no tuvo un cuadro durísimo para tratarse de canchas rápidas (Coppejans, Cuevas, Copil, Humbert y Wawrinka) pero recordemos que para él ya es una victoria ganar partidos consecutivos y remontando sets en contra.
What Andy Murray has just done is incredible. To win in Antwerp like he has just done shows such unbelievable resilience and commitment. Amazing achievement
— James Corden (@JKCorden) October 20, 2019
Si bien celebramos la palabrita de moda (resiliencia), recordamos lo que nos dijo un especialista médico recientemente: «No deberíamos normalizar que un deportista de 30 años tenga que ponerse una cadera de metal».
El chiste
Más allá del deseo competitivo, hay otras razones poderosas que empujan a Murray a seguir compitiendo: el peligro de seguir agrandando la familia.
There were some unexpected reasons behind Andy Murray’s return to professional tennis…
— Tennis TV (@TennisTV) October 20, 2019
😂 @andy_murray #EuropeanOpen2019 pic.twitter.com/gVe62bPGIk
Como suele ocurrir en estos casos, los íntimos son los sostenes en los momentos dífíciles. En este caso, Murray agradece a su esposa Kim.
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